número 6 marzo del 2011

UN CANTO EN EMERGENCIAS

En los últimos tiempos hemos visto como compañeros del gremio han solicitado una ayuda para solventar gastos médicos, nosotros tampoco hemos sido ajenos a esta situación, nuestro compañero Luis Ramón González López integrante del grupo fraterno Taller del Sur continúa en una etapa de rehabilitación y va saliendo adelante gracias a la solidaridad. Lamentablemente cada vez que un artista tiene algún tipo de necesidad se ve orillado a recurrir a los apoyos. Y es que la mayoría de los trabajadores de la cultura popular carecen de beneficios de seguridad social, salvo el caso de quienes por una situación mantienen otro trabajo asalariado y reciben sus prestaciones. Es aún lejano el real reconocimiento a la labor y servicio que damos, más cuando nos dedicamos a la tarea solidaria y que estamos fuera del mercantilismo que nos pueda otorgar recursos.
Por estos motivos mínimos pero suficientes para tomar acción es que proponemos a la comunidad artística que vayamos creando los mecanismos para salir delante de estas situaciones y en un principio hagamos una mutualidad con aportaciones individuales y colectivas haciéndola extensiva a organizaciones sociales, no esperemos que un compañero se encuentre en una sala de emergencias o que al contrario no pueda ir a consultas, estudios y se limite a los tratamientos y medicamentos.
Esperar que un cambio nos caiga del cielo, a que los políticos le echen una mirada a nuestras necesidades, a que tengamos una organización gremial que defienda nuestros derechos más que un sueño es una falacia. Seamos nosotros mismos los que iniciemos esta tarea para nuestro beneficio propio, pongamos el ejemplo a quienes en nuestras obras artísticas hablamos de organización, de resistencia y consecuencia. Muy pronto comenzaremos a poner las primeras piedras para edificar una muralla que nos ayude en nuestro combate, esperamos que te vayas sumando a esta iniciativa. Que esta sea una razón para juntarnos.

DEDICAMOS ESTE NUMERO A JUDITH REYES

¡LA LUCHA DE LIBERACION ES ANTE TODO UN ACTO DE CULTURA!

SALARIO MINIMO HISTORICO
MARZO DEL 2011

Nueva Cultura
REVISTA DE LA MEMORIA ARTISTICA
¡La lucha de liberación es ante todo un acto de cultura!
editada por el grupo Salario Mínimo Histórico
DERECHOS RESERVADOS
segunda época numero 6 marzo 2011
http://revistanuevacultura.blogspot.com/
email: salariominimohistorico@gmail.com

Foto Portada: JUDITH REYES (1976) por Fernando Morán (DERECHOS RESERVADOS)
Diseño Y Fotografías: SALARIO MINIMO HISTORICO, excepto las que se indican
Diseño Logotipo de SALARIO MINIMO: MAURICIO GOMEZ
Dibujo de SALARIO MINIMO: RINI TEMPLETON

ENTREVISTA A YELLY ALARCON REYES

por Fernando Morán



FOTO: FERNANDO MORAN

PRIMERA PARTE

Fernando Morán: Yelly ¿Cuándo es que conoces a tu mamá como una artista, a que edad más o menos te das cuenta que ella canta, que tiene cierta fama?

Yelly Alarcón Reyes: Yo me doy cuenta de eso desde chiquilla, desde muy niña, porque siendo una familia muy unida, vivía mi mama, mi tío Pablo (su hermano de ella) mi abuelita y yo en la casa, siempre la veía cantando y componiendo canciones. Aunque las primeras canciones que yo le escuche componer no eran canciones de carácter político, eran canciones como decía ella “canciones para borrachos” como fue “La parranda larga”, “Aborréceme si quieres”, “Sufriendo y penando”, etc. y ahí en la casa se ponía a cantarlas y fue que yo vi que ella cantaba.

Fernando Morán: Posteriormente tu mama da un cambio en lo que ella llama que “es cuando realmente nace Judith Reyes” y comienza a cantar otras canciones pero a la vez también cambia su estilo de vida en cierta forma. ¿Para Yelly era entendible ese cambio?

Yelly Alarcón Reyes: No, no era entendible para mí porque yo estaba acostumbrada a que ella estaba en la casa un tiempo se iba y regresaba, como todos los artistas que salen de gira y mas los cantantes, entonces ella siempre iba y venia iba y venia y yo no entendía mucho muy bien eso,: cuando ella cambia su estilo de canción si me di cuenta porque fue en Parral y cuando ella empezó a meterse a cuestiones de apoyo siempre andaba yo con ella, me acuerdo que andábamos en las calles ella volanteaba y le daban las personas que un kilo de maíz, que un kilo de frijol, víveres, para las gentes, entonces me decía “toma hija velos a guardarlos ya sabes donde” y entonces yo era la que corría y guardaba. Yo estaba nada más como ayudante, no era brigadista o como se le llame, simplemente yo era la que le ayudaba.

Fernando Morán: Entonces este todavía era un mundo color de rosa donde Yelly va a la escuela, sus ilusiones son otras, tal vez un poco la ideas de triunfar por su simpatía, ser popular entre amigos.

Yelly Alarcón Reyes: Yo creo que ya estaba destinada para estas cuestiones del arte. Desde chiquilla cuando estaba en el kinder no había una fiesta en la que no saliera bailando, en la primaria desde el 3er año empecé a bailar el Jarabe Tapatío y hasta que salí de la primaria todo el tiempo tenia que salir en el Jarabe Tapatío porque me gustaba mucho el baile, en la secundaria empecé a cantar pero entonces yo cantaba que te diré cuplés de Sarita Montiel y todo lo teníamos los jueves culturales y los jueves ¡órale Yelly, Yelly! En la secundaria fue donde me pusieron el nombre de Yelly y ahí en la secundaria nació Yelly “¡órale que cante Yelly, que cante, que cante!” y ahí me tienes echándome los cuplés y todo eso, ahí empecé yo. Ya tenía manifestaciones artísticas. Ya para tercero de secundaria yo bailaba el Jarabe Tapatío y como crees que los bailaba: con los trajes de mi mama, claro a escondidas de mi mama porque sus trajes eran de China Poblana con un montón de lentejuelas, eran preciosos sus trajes, entonces no quería que se los agarrara porque en ese entonces costaba un mucho dinero hacerse un traje, si ahora así sencillitos lo que cuestan, pero yo me veía bonita y me lucia mis trajes de China Poblana bailando el Jarabe Tapatío.

Fernando Morán: ¿Cómo miraba tu mamá ese aspecto artístico en ti? Te decía “mi hija te voy apoyar para que seas una arista también” o solamente ella pensaba que era algo de tu adolescencia de tu juventud, “al rato se le va a pasar esto” y te decía “yo quiero que seas doctora, yo quiero que estudies para maestro”.

Yelly Alarcón Reyes: Ella soñaba que yo fuera Licenciada. Si me apoyaba y a veces yo no la entendía. Te platico una anécdota que viví en la secundaria con ella. En la escuela se hizo un festejo a Pancho Villa y había que vestirse todos de revolucionarios, de Adelitas, entonces yo llego a mi casa “mami necesito un vestido de revolucionaria para la fiesta porque vamos a festejar a Pancho Villa” -“me parece muy bien que festejen a Pancho Villa”- entonces llega el día y me pongo muy triste y mi madre me ve y me dice “¿y ahora que te pasa?” le digo enojada “no voy a la fiesta” –“¿por qué?”- “porque no me conseguiste el vestido de revolucionaria” –“usted si va a la fiesta y ahorita la voy a vestir, venga para acá”- saca sus huipiles de listones todos de muchos colores, hasta media pierna me llegaba el huipil, y me pone un listón en la cabeza y me amarra el pelo para atrás y -“ahí esta lista la señorita para irse a la fiesta”- entonces yo le digo muy triste “no mami yo no quiero ir así, me vestiste de india, yo no voy a ir de india si dijeron de revolucionaria, esto no es de revolucionario yo no voy a ir de india porque es para Pancho Villa” entonces mi madre me responde –“y quien te dijo a ti que Pancho Villa no quería a los indios”- Pues ahí ya me cuadre.

Fernando Morán: Hay un momento donde Yelly entiende, comprende, le cae el veinte de lo que su mamá esta haciendo, ¿cuándo es ese momento?

Yelly Alarcón Reyes: Cuando ella fue secuestrada.

Fernando Morán: ¿Por qué?

Yelly Alarcón Reyes: Porque ella antes nos platicaba sobre compañeros que desaparecían, compañeros que mataban, compañeros que encarcelaban y no los sentíamos muy bien porque no eran parte de nuestra familia tal vez. Cuando a ella la secuestran sentimos el dolor en carne propia y fue cuando comprendimos que en realidad el dolor es muy grande, cuando a ella la secuestran nosotros en determinado momento sentimos que nunca mas la íbamos a volver a ver y fue una angustia muy grande, un dolor muy fuerte y fue cuando yo comprendí lo que ella hacia y comprendí su trabajo y de ahí en adelante yo seguí su ejemplo y trato de seguir su ejemplo, no digo que soy la gran luchadora pero si tengo conciencia.

Fernando Morán: Hay una parte que nosotros conocemos de su secuestro, lo que se dijo un poquito en los círculos estudiantiles, quizás en algunos libros o revistas, algún documento por ahí, pero se habla solamente sobre el secuestro. Tú que estuviste en esos momentos nos podrías platicar más bien ¿Cómo es que se logra su liberación, que es lo que ayuda a que sea tan rápido también? Porque estaba un tiempo en lo que se conoce como los inicios de la guerra sucia donde son las desapariciones de luchadores sociales, de familias enteras y afortunadamente fue algo digamos rápido, cuestión de días. ¿Qué es lo que crees que ayudo bastante? ¿Tu mama que les comentaba respecto a eso? ¿Que sentía ella dentro de esa prisión quizás no bajo rejas pero si bajo ese encierro?

Yelly Alarcón Reyes: Era de madrugada cuando llegaron (como a las 2 de la mañana a la casa) entraron y dijeron ¿Quién es Judith Reyes? Nosotros en un principio les dijimos “no aquí no hay ninguna Judith Reyes” pero como ella siempre trato de protegernos y ella escuchó y estaba en su recamara ya acostada, entonces ella salio y dijo “yo soy Judith Reyes y a la familia déjenla en paz”, entonces la agarraron, en la sala estaba su abrigo y alcanzo a agarrarlo, se lo echo encima y se la llevaron. Nosotros nos quedamos ahí sin saber que hacer en un principio, pues llorando porque llegó un momento en que nosotros pensamos que ya no la íbamos a volver a ver, fue duro y desesperante. ¿Y que hacemos? ¿Y que hacemos? Pues empezamos a buscar en su agenda nombres de haber a quien le hablamos, entonces a mi se me ocurrió hablarles a los que mas seguido iban a visitarla a la casa entre ellos estaban chicos de la universidad y del politécnico, les hablamos a ellos, se dejaron venir yo creo que como a las 7 de la mañana ya estaban en la casa y empezamos a planear que hacer. El plan fue de tener dos carros: uno para la Universidad y otro para el Politécnico, en uno se fue una tía mía a la Universidad con ellos y en el otro carro me fui yo al Politécnico. Me acuerdo muy bien que dábamos vuelta por toda la periferia, por todos los pasillos, por los corredores de fuera en donde podía pasar el carro y gritábamos por las ventanillas “¡Secuestraron a Judith Reyes! ¡Secuestraron a Judith Reyes!” Ese mismo fue el plan que se hizo con en el otro carro en la Universidad gritar haber quien se acercaba, pues como no conocíamos a los muchachos de los comités de lucha y eso, pues haber quien se acercaba y si hubo respuesta porque al menos en el carro en que yo iba has de cuenta como si el camino que íbamos recorriendo nos fue llevando a donde estaban los compañeros del comité de lucha. Entonces ellos ya empezaron a reunirse y empezar a convocar mítines para poder denunciar que ella estaba secuestrada y ellos empezaron a exigir al gobierno que se presentara viva a ella. Ellos también ayudaron avisando a las organizaciones populares como obreros, campesinos y los contactos que ellos tenían, yo no podría decirte quienes fueron porque yo no estaba metida en ese entonces, pero ellos se encargaron de hacer eso. Yo pienso que esas movilizaciones ayudaron mucho porque a las 24 horas o sea al día siguiente del secuestro ya era manifestaciones muy grandes con mucha gente y como acababa de pasar lo del 68 porque ella fue secuestrada en el primer semestre del 69. Entonces yo pienso que si ayudó porque si se concentro mucha gente y pienso que al gobierno le dio miedo o no se pero el caso es que a las 72 horas mi madre aparece drogada, tirada en el Bosque de Chapultepec y llegó en un taxi a la casa. Mientras ella descansaba fueron llegando a la casa algunos compañeros de los mas allegados con ella mas amigos y después de que ella descansara un poco con algunos compañeros se hizo una especie de mesa redonda, se lleno la sala (en la sala teníamos el comedor porque era una casa muy pequeña) entonces ahí todo estaba lleno y yo me acuerdo que ellos platicaban y le preguntaban a ella que como había estado. Ella dice que la tenían colgada de los pies y la golpeaban y en ratos la soltaban, la dejaban descansar unas dos, tres horas y luego la volvían a colgar otras tres horas y así. Y cuando la soltaban decía ella que se hacia pipi y se hacia popo en la puerta para que se mancharan los que la tenían allí. Ella escuchaba caballos entonces ella cree que la tenían en guardias presidenciales que están en Tlalpan y Viaducto. Bueno los análisis que ellos hicieron fue que el gobierno tuvo miedo de que se fuera a hacer otra manifestación grande como el 68 o no tan grande así pero si con mucha presencia porque en ese momento la soltaron y a ella le quedo grabado que la vida le fue salvada gracias a los estudiantes. Cuando la soltaron a ella le dijeron que tenia 72 horas para abandonar el país, entonces muchos compañeros le dieron dinero, ella en ese tiempo arreglo el pasaporte y es cuando se fue a Italia. En Italia fue donde nació la Crónica del Movimiento Estudiantil que hasta la fecha se considera como la obra máxima, la obra cumbre de mi madre y hasta la fecha este disco, que dice ella “no pude relatar en una canción todo lo que fue el 68”, tuvo que hacer 10 canciones para poder relatar lo que fue el 68 y eso de que la gente lo considere como la obra cumbre quiere decir que mi mama allí en ese disco esta dando gracias a los estudiantes por haberle salvado la vida porque nadie puede negar que ese disco es lo mas hermoso que ella a escrito (todas sus canciones son bonitas) pero ese en especial, el significado que tiene. Yo se que los estudiantes no lo ven así, pero yo si se los digo ahora que ese disco fue hecho con amor, con gratitud porque ella siempre reconoció que la vida se la debe ellos, ellos le salvaron la vida, porque ellos se movilizaron y ellos se organizaron y por eso ella siguió cantando hasta el 88.


FOTO: FERNANDO MORAN

Continuara…

PALOMAZOS

Una sección en donde nuestros colegas artistas nos acompañan
en el escenario, pero en esta ocasión utilizando la palabra escrita.


JUDITH REYES
¿Quién cantará tu historia?

por Yelly Alarcón Reyes y Félix Pérez




SU INFANCIA
Nacida de humildes padres campesinos, Judith Reyes vio por primera vez la luz en Ciudad Madero (antes Cecilia), Tamaulipas el 22 de marzo de 1924.
Durante su infancia paso un largo tiempo sin saber nada de su padre, quien tuvo que aventurarse al extranjero en busca de mejores oportunidades para salir de la pobreza. Su madre, mientras tanto, para ganarse el sustento, lavaba, planchaba y hacia tortillas de harina para los vecinos.
De niña, Judith no jugaba a las muñecas, prefería corretear con los muchachos del rumbo, jugar béisbol, encaramarse en los árboles, atrapar carvallos de día, luciérnagas de noche y jugar a la guerra, como ella misma narraría en 1970 en su libro La otra cara de la patria.

SU CARRERA ARTISTICA
El fuerte temperamento y notable sensibilidad musical que Judith poseía se revelan públicamente a sus 14 años de edad, cuando para sobrevivir se inicia en el canto. Primero en las fiestas que organizaban en el Teatro de los Alijadores y posteriormente incorporada a los grupos de variedades que recorrían los campos petroleros de su estado natal. Poco tiempo después la joven artista cantaba en la radiodifusora del puerto de Tampico, en donde conoció a Eduardo Alarcón Leal, quien fuera su compañero en el Dueto Alarcón y más adelante su esposo.
El dueto hizo presentaciones en Estados Unidos y a su separación surge La Tamaulipeca, como se le conoció en el medio artístico a Judith. Viajó presentándose en teatros, carpas y radio al lado de actores, cantantes y cómicos como Fernando Fernández, Cuco Sánchez, Andrés Huesca, Paco Miller y Carmen Salinas entre otros.

SUS PRIMERAS CANCIONES FAMOSAS
Durante esta etapa de vida artística La Tamaulipeca fue compositora de varias canciones que alcanzaron fama y popularidad, una de ellas, La parranda larga, recorrió el mundo interpretada por Jorge Negrete en dos películas: la cinta mexicana El Rapto con María Félix y la otra producida en Francia con el nombre de Los héroes están fatigados, con Robert Redford y dirigida por Gerard Phillips.
También compuso Aborréceme si quieres que grabó Rosa de Castilla; Corazón burlado, grabada por Tito Guizar; El hombre que quiero, por la Torcacita y Sufriendo y penando, por Andrés Huesca, intérprete a quién ahora se le atribuye la autoría de esta canción.
En sus relatos, Judith recuerda cuando cantó en la XEW y en la XEQ, en éstas, recibía como pago dos pesos en la Q y cinco pesos en la w por cada programa de 15 minutos.
Debido a su participación en un movimiento encabezado por los hermanos Martínez Gíl contra el sindicato blanco, tuvo que dejar esas estaciones e irse a trabajar a la recién inaugurada XEX, en cuyo elenco figuraban Pedro Infante, Luis Aguilar, Fernando Fernández y Viruta y Capulina cuando formaba parte del trío Los Trincas.

SU PARTICIPACION EN LA POLITICA ELECTORAL Y LAS CANCIONES DE PROTESTA.
En 1952, muere Jorge Negrete, Judith deja de producir comercialmente y se lanza como candidata a senadora por el Frente Electoral del Pueblo, cuando esta organización postuló a Ramos Danzós Palomino como candidato a la presidencia de la República.
En 1956 surge en México una nueva expresión político-musical: La canción de denuncia política (que después sería conocida como de protesta), cultivada por ella en géneros como el corrido, el huapango y las coplas, hecho que la definió como La mamá de la nueva canción mexicana y Decana de la canción política latinoamericana. Al respecto Judith relata en su libro El cantar materialista de la historia escrito en 1984-1986: "...entonces, que yo sepa no había en México canciones de protesta. Este concepto lo conocí en 1965, pero para esa fecha ya había escrito yo un titipuchal de canciones y las cantaba venciendo solo los obstáculos que me ponía el sistema, pero estos se multiplicaron cuando surgieron elementos que convirtieron este tipo de canción en espectáculo redituable". Una de las canciones escrita en 1956 por Judith, es el corrido Cantadora

Andando en tierras lejanas
ay Dios, escribí un corrido
porque me gusto la historia
de un líder cañero bravo
como pocos lo han sido.
Y sucedió que en Los Mochis
cantando a mitad de plaza
con la banda y la tambora
de Don Porfirio Amarillas
llega un fulano y me abraza.
Oigame usted cantadora
yo desde lejos la vi
y al escuchar su corrido
le juro por la tambora
que entero me estremecí.
Era Aurelio Rivera
macizo trabajador
que recordaba a aquel líder
del sindicato cañero
que un día llegó a Senador.
Pero cayó asesinado
según me cuentan los hechos;
murió Rosendo G. Castro
y murió por los cañeros
peleando por sus derechos.
Con fino pincel escribo
su nombre aquí en mi canoa;
adiós Rosendo G. Castro
yo me enredé con tu historia
en los Mochis Sinaloa.

SU INCURSION EN EL PERIODISMO Y SU COMPROMISO CON LA CAUSA OBRERO CAMPESINA
En uno de sus viajes al Estado de Chihuahua, Judith incursiona en el periodismo. Fue en el Diario el Monitor de Parral, donde le tocó cubrir la fuente obrera y campesina, esto le permitió vivir de cerca el drama de estos trabajadores.
Durante la cobertura que hacía como reportera a una caravana de los campesinos de Ciudad Madera, Chihuahua, Judith promete conmovida a un campesino: "... si señor, yo voy a escribir sobre sus problemas. Y no solo voy a escribir... ¡ lo voy a cantar ¡ ¡ voy a escribir canciones sobre todas las cosas que veo entre ustedes ¡ ¡se lo prometo! es una promesa que hago a todos ustedes."
Sobre esta promesa escribiría después en la Otra cara de la patria: "Esto lo dije con voz de confidencia, pero verdaderamente quería gritarlo (...) volvería a escribir canciones, esta vez con razón y con ganas... en adelante, mis canciones tendrán sabor a historia para cantarlas a todo pulmón"
Tiempo después Judith Reyes diría convencida que nació dos veces, la primera en Ciudad Madero, Tamaulipas su tierra natal, y la segunda en Hidalgo del Parral, Chihuahua, en donde la compositora retoma la crónica político-musical y desarrolla una gran producción.

SU PARTICIPACION EN LAS LUCHAS CAMPESINAS; PERSECUCION Y ENCARCELAMIENTO.
El 22 de mayo de 1960, 184 familias campesinas del Frente División del Norte, se lanzaron a la ocupación del barrio conocido como El triste, correspondiente al casco de la ex hacienda de Santo Domingo, Municipio Villa Ahumada, Chihuahua. Judith se solidarizó con estas familias campesinas no sólo con su canto y su denuncia. De ésto da el siguiente testimonio: "llegué con 8 toneladas de víveres recolectadas casa por casa en la ciudad de Parral (...) policías municipales y tropa me hostilizaron y trataron de apoderarse de mis cosas. Cuando al fin pude llegar al casco de la ex hacienda, un teniente trató de demorar la entrega de los víveres, pero sabiendo como pincha el hambre, insistí en hacer una entrega inmediata. Al final de la jornada mis dedos estaban adoloridos y las manos me sangraban... por manejar tantas cajas y encostalar granos amarrando los sacos con cáñamo."
En 1961 canta esa historia en el Corrido de Santo Domingo, el siguiente es un fragmento:

Son las armas de la Patria
contra de los campesinos,
las mujeres, los ancianos,
y como 300 niños.
Linda gente de Parral
linda la Ciudad de Juárez
nos trajeron alimentos
a pesar de los pesares.
Año del sesenta y uno
en la prensa se leía
la repartición de tierras
que López Mateos hacía.
Pero sólo eran noticias
lejos de las realidades
porque la Reforma Agraria
es demagogia en cantidades.

Judith Reyes recorrió con su guitarra los campos y las sierras de Chihuahua y de Durango, también presentó recitales en todas las escuelas rurales del país y de sus canciones brotaba poesía y denuncia.
La participación de esta aguerrida compositora en las luchas campesinas tuvo como respuesta la intimidación y persecución por parte del gobernador del estado de Chihuahua, Paredes Ginér Durán, quien en 1962 la priva de su libertad física en la cárcel de la Capital del Estado.
Sin embargo esto no la detiene, su canto de lucha sigue, motivo por el cual es desterrada del estado. En 1963 se presenta en la capital del país como "corridista" y da su primer recital en esta modalidad en la Academia de San Carlos, luego en la Escuela de Agricultura de Chapingo, en el Instituto Politécnico Nacional, en algunos auditorios de la UNAM y muchas otras Universidades del interior del país.

SU PROYECCION SOBRE LA VIDA NACIONAL Y MAS ALLA DE LAS FRONTERAS.
Judith narra la historia de muchos acontecimientos y hace denuncia de la situación de su pueblo a través de una extensa producción musical, algunas de sus composiciones son: Canción de los niños trabajadores (1963); Corrido de Arturo Gámiz (1965); Cronología del Movimiento Estudiantil que constituye una obra de diez canciones (1968) y Canción del Gasoducto (1978).
No tenemos conocimiento de algún corrido que se haya compuesto y cantado para relatar un suceso de otro país, antes de que Judith lo hiciera. Algunas de sus composiciones de este corte son: Panamá, Cimarrón Haitiano,
Poder Negro, Canción para un niño de Vietnam y Canción dedicada a los presos políticos de Brasil, por mencionar solo algunos títulos.

SU PARTICIPACION EN EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DEL 68 Y EL EXILIO.
Su incansable espíritu de lucha contra la injusticia y su compromiso con las causas del pueblo, hacía que estuviera presente en la mayoría de los movimientos políticos invitada por la gente que compartía su música y su decidida entrega en estos movimientos, siempre con su guitarra que pareciera un fusil disparando denuncia tras denuncia en cada una de sus canciones.
En 1969, Judith Reyes estuvo secuestrada e incomunicada en las caballerizas de guardias presidenciales, donde permaneció en la más completa obscuridad bajo tortura física y psicológica. Su libertad se obtuvo después de tres semanas de desaparecida gracias a una movilización popular que exigía su presentación. Debido a las amenazas que continuaron en su contra ("o te vas o te mueres") se vio obligada a salir del país y este exilio duro 4 años.
En el libro Cantares de la memoria del folklorista René Villanueva (1994), el autor recuerda algunos episodios que compartió con ella en el movimiento estudiantil del 68. René describe:
"Después de la terrible noche de Tlatelolco, presentarte ante los estudiantes semejaba a un operativo guerrillero de la más rigurosa clandestinidad para poder burlar el acoso policiaco que se padecía (...) el secuestro, otra golpiza y las amenazas contra ti y tu familia que desde el más alto nivel político recibiste, te orillaron a exiliarte. Sí Judith, los exiliados políticos no sólo son chilenos, argentinos o guatemaltecos, existen también los mexicanos y tu fuiste uno de ellos."

SU PRODUCCION Y LUCHA EN EL EXTRANJERO
Ya en el exilio la compositora graba algunos discos, principalmente en Francia e Italia y funda el Comité por la Defensa Física y Moral de los Presos Políticos de México. Sus primeros recitales en el extranjero fueron en el College St. Marie, en Montreal, Canadá, también canta en la Sorbona, en el Politécnico de París, en la Universidad de Grenoble, en las ciudades de Lyonn, Orleans, y en Francia.
En 1970 se presenta en el Piccolo Teatro de Milan y en el Circolo Culturale La Comuna, organismo creado por Darío Fo en Italia.
Ese mismo año recibe una emotiva y alentadora carta de los presos políticos recluidos en el Penal de Lecumberri de la Ciudad de México; la carta lleva las firmas de 87 prisioneros entre los que figuraban: Luis Cervantes Cabeza de Vaca, Carlos Martín del Campo, Elí de Gortari, Fausto Trejo, José Revueltas, Manuel M. Pardiñas, Heberto Castillo, Armando Castillejos, Ramón Danzós Palomino, Gilberto Rincón Gallardo, Pablo Gómez Alvarez, Gilberto B. Pereira y su esposo en ese entonces Adán Nieto Castillo.
De 1971 a 1980 recorre el mundo con sus canciones. Su guitarra y su voz se escuchan en muchas ciudades de Europa, América Latina y Estados Unidos. Graba 18 discos entre LP y sencillos en Le Chant du monde de Francia; I Dischi del Sole de Italia y Days of Struggle de Nueva York, sus discos se han reimpreso en muchos otros países.

SUS LIBROS
Como escritora e historiadora, Judith Reyes nos dejó tres obras. La primera es: El Cantar Materialista de la Historia que escribió en 1986 y se encuentra inédita. En ésta, relata entre otras cosas anécdotas y reflexiones en torno a su manera de luchar. Sus textos nos hablan de la expresión político-musical como un instrumento de lucha, así como la fuerza que existe en nuestras raíces culturales.
En su segunda obra, llamada El Corrido Presencia del Juglar en La Historia de México escrita en 1987 y publicada recientemente, se refiere al corrido como una canción de protesta cuyo origen se encuentra en las viejas culturas mexicanas y no en el romance español. Su tercer libro es La otra Cara de la Patria escrito y publicado en 1970, en él, plasma el testimonio de una mujer artista, revolucionaria y militante.

SU REGRESO A MEXICO.
Entre 1980 y 1988 Judith desarrolla actividad solidaria para pueblos como el salvadoreño y el peruano, al mismo tiempo colabora con organismos como La Unión Nacional de Mujeres Mexicanas; La Unión de Comuneros Emiliano Zapata y los estudiantes de la Escuela Superior de Agricultura Hermanos Escobar de Ciudad Juárez, Chihuahua, institución que fue desaparecida por el gobernador Francisco Barrio. La última canción escrita por Judith Reyes en noviembre de 1988 la dedicó precisamente a esta escuela.

SU VIAJE SIN RETORNO
El 27 de diciembre de 1988, a la edad de 64 años Judith Reyes fallece víctima de un infarto, no sin antes dejarnos un invaluable legado de historia y cantos de lucha del pueblo de México y el mundo.

radio Nueva Cultura memoria artística

ACHIS, ACHIS LOS MARIACHIS
¡Qué el fandango no se vaya al fango!

Corrían los primeros veinte años del siglo XVI cuando los jardines de nuestra cultura nacional fueron pisoteados por los invasores extranjeros: los españoles, venidos de allende el mar. En una guerra cruel fue vencida la resistencia, cayendo en manos del conquistador la plaza de los poderes situada en Tenochtitlán. La espada con la ayuda de la cruz “en el nombre del Dios Cristiano” utilizando las llamas infernales se hicieron cargo del sometimiento, tratando de borrar la ciencia y los legados, exterminando los campos florecientes cultivados por generaciones Olmecas y Toltecas. Por las buenas o por las malas siempre más se segundo que lo primero. Pero entre las cenizas de aquel fuego sobrevivieron semillas y en lo silvestre los frutos siguieron alimentando a nuestro pueblo. No nos mataron porque si no ¿quién sembraría?, ¿quién habría de ser el sirviente?, pero nos dejaron moribundos, más bien nos convertimos en los espectadores de las fiestas, pero no de aquellos que están en una galería o butaca sino quienes no tienen acceso a la celebración, porque “pobre de aquel que se atreva a …” Muchos murieron en los intentos, pero siempre se cuido a la raíz y a pesar de los pesares nuestros sones mexicanos prevalecen, algo que es nuestro orgullo, lamentablemente ahora se tienen que cuidar de otros seres sin rostro pero reconocidos por todos: los mercaderes de las sociedades anónimas, aquellos que por el afán del lucro están deshonrando nuestras tradiciones, entre ellas las de los fandangos o para que ustedes los entiendan mejor la del Mariachi y sus sones.

Hagamos un poco de historia… En la región de occidente entre lo que ahora constituyen los Estados de Michoacán, Colima, Nayarit y Jalisco, en forma paralela al mestizaje surgen Los Jarabes. Con gran influencia Arabe de donde provienen los vocablos “xarab” españolizado previamente como “sarao” y posteriormente como “jarabe”. Proveniente de la Zambra y del canario emerge el fandango español que en nuestras tierras adquirirá el nombre de jarabe y que junto con el son, palabra cien por ciento latina “sonus” o sea sonido, comenzaran a bailarse aunque en una forma muy primitiva y oculta, porque eran prohibidos bajo pena de excomunión por la santa Inquisición ya que “resucitaban las almas”. Bailes indecentes que los obispos de aquellos tiempos se quejaban con las siguientes palabras “…entre nuestros súbditos, se va introduciendo o, por mejor decir, esta ya introducida la peste de las almas y la ruina de la modestia y pudor cristiano”…”especialmente ciertos bailes lascivos y llenos de abominación indignos de nombrarse entre cristianos, que por sus canciones, gestos, movimientos, horas, lugares y ocasiones en que se ejercen y frecuentan…” Algunos de los nombres de estos jarabes y sones son: La Manta, El Gato, La Prosesora, El Susurro, El Ambar, El Artillero, Los Enanos, El Atole, El Guajito, El Palomo, El Durazno, etc., etc. Pero si hablar era delito, imagínense cantar y tocar. Basta mencionar que precisamente por esa prohibición a ejecutar los instrumentos de cuerda del viejo mundo y por el impedimento de hacer sonar nuestras ocarinas, flautas, tambores y sonajas, el pueblo mexicano crea sus propios instrumentos; naciendo así la vihuela y el guitarrón, entre otros instrumentos que surgirán no solo en muchas regiones de México sino también en lo que ahora es Latinoamérica. Con una dotación rudimentaria que incluye la vihuela, la guitarra de golpe o “mariachera”, violines y variantes según la región arpa y guitarrón, surge mucho antes de la llegada de los franceses el conjunto que hoy conocemos como Mariachi y que deriva de nuestra lengua nahua denominando no al grupo sino a los fandangos. Vistiendo originalmente calzón de manta, huarache, sombrero grande de sayate y jorongo o sarape cuando el frío lo ameritaba, porque hay que recordar que los músicos de pueblo que tocaban para el pueblo no tenían acceso a los ingresos de los hacendados ni mucho menos se codeaban con los capataces. Así transcurriendo los siglos de la esclavitud y la época independentista la población de menos a más celebraba sus fandangos, hasta que llegaron otros invasores, esta vez desde Francia que en un período muy corto de dominio van a querer atribuirse hasta el nombre por aquellos de “mariage” o se la boda (como si han de ver sido miles las de ellos). Lástima que nos les haya quedado tiempo de enseñarnos el can can.
Incursionando en los finales del siglo XIX en la Capital de la República los conjuntos comienzan a incursionar en plazas y barrios, llegando a debutar en los teatros en los albores del siglo XX. Gracias a la difusión dada a la danza por parte de la Compañía Rusa de Bailes Clásicos encabezada por su estrella Anna Pavlova quien incluso a través del espectáculo Fantasía Mexicana recrea al Jarabe Tapatío, cobra gran interés las Danzas Folklóricas Mexicanas y desde 1901 gracias a que el compositor y pianista Miguel lerdo de tejada vistió a sus músicos de charros, los grupos de mariachi y los danzantes comenzaron a uniformarse utilizando al principio las mismas vestimentas que usaban los charros y sus agrupaciones emergentes en esas mismas fechas. Entre los veinte y treinta comenzaran las primeras grabaciones que no incluyen la trompeta ni los cantantes solistas. Será después cuando se de la explosión de lo mexicano por conducto del cinematógrafo quien crea los charros cantores aprovechando el fracaso de un cantante de opera al que conocemos como Jorge Negrete, llevando al estrellato al sinaloense Pedro Infante: empistolando al macho mexicano, dibujándolo borracho y mujeriego. Seguirá una lista interminable en la que destacan José Alfredo Jiménez, Javier Solís, Antonio Aguilar y Vicente Fernández. Y para contrarrestarse crea una nueva adelita que a falta de voz tuvo que conformarse con exhibir la belleza femenina de María Félix, girando a sus alrededor las primeras cantantes encabezadas por Lucha Reyes y que después se convertirán en Lola Beltrán, Lucha Villa y muchísimas mas. Con la televisión ya ni se diga del crecimiento del mundo del espectáculo y la farándula transforman hasta los baladistas en cantantes de ranchero desde Juan Gabriel hasta Luis Miguel. Convirtiendo a los rebeldes rockanroleros como Alberto Vázquez y Angélica María en grandes exponentes de la música vernácula. Y para no quedarse atrás hasta los extranjeros también le entran al ruedo como Rocío Durcal y Leo Dan nomás por mencionar nombres. No ha faltado quien le ponga retrasen otros idiomas haber si pega. Ya no hablemos de los agravios porque el simbólico traje lleno de bordados y embotonados de oro y plata han sido reducidos al mínimo por el grupo Garibaldi y sus minifaldas además de otros artistas productos de exportación fabricados por Televisa y TV Azteca.
Y mientras que en las marquesinas de grandes teatros alrededor del mundo se observan los nombres de los más prestigiados mariachis que no llegan ni a cinco, en cantinas, plazas, barriadas, centros nocturnos, restaurantes, serenatas y toda clase de tugurios deambulan miles de mariachis anónimos ganándose el pan de cada día, ignorados y despreciados, interpretando sones que fueron agenciados y registrados por arreglistas que se han llevado los créditos y seguirán incrementando sus arcas no solo con las regalías sino también con la autoria. Y para estar de acuerdo con la época del úsese y tírese se utiliza al mariachi para tocar de todo, desde música clásica hasta cumbias y lo peor distorsionado la esencia de otros géneros y regiones como lo es con el son huasteco al que incluso le llaman huapango y con versiones de sones veracruzanos, danzas regionales de Chiapas, Oaxaca y demás. Con la suposición de que Mariachi significa Ranchero todo se transforma en eso como el Bolero y el Corrido. Pero entre todos los males que agobian al Mariachi y a toda la música mexicana, es el abuso y manipulación que le han dado los gobernantes desde hace muchos sexenios atrás, así como el duopolio televisivo lo ha venido haciendo el antes monopolio partidista vestido de tricolor se ha apropiado del mariachi participándolo del jolgorio político nacional, utilizándolo como exponente y embajador, nomás acuérdense de Don Luis y Doña Esther, de los dos Adolfos, de Gustavo, de José, de Miguel, de Carlos y de Ernesto. Y de funcionarios, delegados, diputados, senadores, presidentes municipales, gobernadores, embajadores, cónsules y secretarías. Tanto daño que le han hecho al pueblo y a su cultura que hasta los mismos interpretes musicales ya se están tragando el cuento y piensan que Mariachi es sinónimo de México. Están equivocados, sentimos decepcionar a muchos, pero el mariachi tal y como se presenta actualmente difiere y es opuesto a lo que somos, porque en esta época de crisis y tras años de lucha por la independencia, la reforma, la revolución y lo que viene; el pueblo mexicano ni es macho, ni es jugador, ni es borracho, ni es bravucón, ni es mujeriego. El tequila, la baraja, la pistola, el vicio y tantos sinónimos que se puedan encontrar son etiquetas que se nos han puesto para justificar el sometimiento y la esclavitud. Ojala poco a poco tomen razón los mariachis y se vayan quitando trajes bordados de joyas ya que no corresponden a la miseria que viven los mexicanos dentro y fuera del país y desaparezcan el revolver o al menos apunten hacia otro lado y no se olviden nunca de tocar los auténticos sones y jarabes tradicionales. Porque si no seguiremos bailando con la mas fea y el fandango se va ir al fango.

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