¿SABES CONTAR?


FOTO: FM Sr.

por EL TALLER DEL NORTE


Es fin de cursos y en el último día de clases escucho a los escuincles gritar: “no more school”. Al salir de la escuela voy sonriendo en mis adentros, pero llega un momento tal en que no puedo contener la risa y mis hijos me preguntan acerca de lo que me pasa, al llegar a casa y al notar el carácter alegre mi esposa me pide que le cuente el chiste. Por fin después de calmar mis emociones, durante la comida, comienzo a relatarles los motivos…

Ce (uno) Algo de lo que nos hemos dado cuenta aquellos quienes hemos tenido la oportunidad de observar los sistemas educativos de aquí y allá es que difiere principalmente en las formas de evaluación, para que mejor nos entendamos en las calificaciones. A tal grado que nunca oí decir a los alumnos “ira Pepito este Tacho paso de panzazo” (es decir pasó con un promedio de 6 en una escala del 1 al 10. “Ya viste Chana a Chole la maestra la reprobó” (es decir que no pasó al curso siguiente y tendrá que repetir el mismo grado).

Ome (dos) Durante el transcurso del año escolar tuve la curiosidad de observar varias jornadas completas, es decir desde que entran a la escuela hasta que salen, y otra de mis sorpresas fué el notar que tienen varios recess (recreos) y me puse melancólico no por el hecho de no haber tenido la misma fortuna y solo haya tenido uno por cada día de clases (y eso cuando bien me iba y no me castigaban), la razón estriba en que al observar los recreos no encontré los famosos “cuartos” ni las “medias” (debo aclarar querido lector que no me estoy refiriendo a un cuarto de dormir o algo por el estilo, ni tampoco a una media de vestir) ; para salir de dudas debemos de acordarnos de aquellos golpecitos que nos dábamos por la espalda cuando por algún descuido u olvido no traíamos en la mano la seña (cualquiera de las manos o ambas extendiendo los dedos índice y medio a la vez empuñando los dedos anular, meñique y pulgar, algo así como la señal de venceremos).

Yei (tres) En los mismos recreos busqué los puestos de comida y las golosinas (dulces y caramelos) sin encontrarlos por ningún lado. Y eso me hizo recordar los tiempos en que nos tocaba la cooperativa, en que nos daban pa’ nuestro chesco (refresco o soda) y si es que bien nos iba disfrutábamos de nuestra torta, y digo disfrutábamos ya que había una de dos: o se nos acercaba un ñero (compañero) y nos sorprendía con la cantaleta de que “changuito tiene hambre” y ni modo a convidarle, o de plano “nos comíamos la torta antes de recreo”. Aquí es diferente.

Nahui (cuatro) Y para no ser sexista les platico también de las niñas, pero no quiero referirme a sus rondas como Doña Blanca, o Pares y Nones, Ricitos de Oro, etc., ni a sus juegos como el Avioncito, la Cuerda, el Resorte, etc. Más bien recuerdo cuando les huíamos en aquellos días cercanos a la kermés donde ellas no tenían vergüenza en decirnos “beso o peso” y pos ni modo a darles de acuerdo al bolsillo y no al gusto.

Macuilli (cinco) Y hablando de la disciplina, que tan lejos quedaron las orejas de burro, los reglasos, los jalones de patilla y las planas de “tengo que…”, quisiera saber quién fue el afortunado que nunca olvido su tarea (más planas de esto, un monografía del otro, etc.) no quién llevo sus útiles completos sin haber tenido que decir “chin se me olvido la plastilina, el bicolor, la escuadra, el compás, el ábaco, los lápices de colores, la goma, etc.

Chicuace (seis) “Niña péinate porque si no la maestra te va a regañar y de paso te va a bajar puntos” ¿Qué? Si aquí ni siquiera les piden uniforme, ni entran formados de dos en dos, ni toman su distancia, ni van de blanco los lunes, ni hay escolta. ¿Peinarlos? ja, ja, ja si ni siquiera les exigen un corte de pelo (casquete corto a los niños).

Chicome (siete) “A la salida nos vemos” bueno eso quien sabe porque no me di cuenta, de lo que si me cerciore fue que al salir no los esperaban los vendedores de chicharrones, palomitas, frutas frescas, dulces, paletas, raspados, sin faltar los que vendían las estampitas para los volados, perdón quise decir para los álbumes y planillas.

Chicue (ocho) De lo que si no se escapan acá es de los famosos puentes y debemos aclarar que no nos referimos al Golden Gate u otro, sino a los fines de semana que se prolongan con uno o más días de descanso obligatorio por ser días festivos. Una cosa pendiente por aclarar es que si aquí se van de pinta, sobre todo de la Junior High (secundaria) en adelante.

Chiconahui (nueve) Y como no recordar aquellas excursiones a los museos y demás y sobre todo ir cantando en el camino “al chofer no se le para y no se le para el camión”, o la canción “de colores de colores son los cal…cetines”

Matlactli (diez) Estas añoranzas comenzaron al recordar cuando gritábamos “vamonos de vagaciones” y según nosotros terminaba lo aburrido de la escuela y llegaba la temporada de jugar canicas (chiras pelas), el yoyo (el columpio), Valero (un capirucho), etc., y desde luego a esconder la boleta de calificaciones.

Al terminar la comida mis hijos me piden que regresemos a México y yo asombrado les pregunto si es por lo divertido que acabo de contarles, a lo que ellos me responden con un categórico no, es porque por ahí anda la chiconauhpoalli chicome. ¿Cuál? la 187 de California, perdón la om centzontli huan mahtlah cempoalli yei-cempoalli huan mahtlahtli ¿Cuál? la 1070 de Arizona.

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